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Desde pequeñas nos enseñan a ser sumisas, a estar calladitas, a ser obedientes. Se nos dicen que tenemos que ser buenas y comprensivas y que no está bien enfadarnos, pero ¡basta ya! Porque no hay rosa sin espinas y porque las espinas son necesarias para protegernos si alguien quiere pisarnos. Esta colección conecta con nuestra parte más reivindicativa y rebelde, esa que saca los dientes para poner límites, unos límites necesarios para cuidarnos a nosotras mismas.
En este collar, la espina recuerda a un diente de tiburón que remarca aún más ese carácter indómito y que manda un mensaje sutil y minimalista: no te pases porque pincho. Con cadena de cola de ratón de 40 cm de largo y las medidas de la espina 17 x 7 x 2 mm.
Todas las espinas son macizas y han sido realizadas artesanalmente con la técnica de microfusión y con las técnicas tradicionales de joyería. Por este motivo las piezas pueden tener pequeñas variaciones con respecto a la foto en el color o las medidas, que son siempre aproximadas. ¡Es parte de su encanto y las hace únicas y especiales!
Material: Plata
Cantidad
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